Repasando los numerosos datos que dispongo de las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Estepona, me fijé en uno del 18 de Julio de 1.910 referente a la aprobación de un pago, que dice: A Don Miguel Hoyos González, de jornales invertidos en levantar y colocar de nuevo los canapés del lado poniente del "Paseillo": 14,75 pesetas.
Llama la atención dos palabras y empiezo por la segunda, como la propia Corporación en un Acta del Ayuntamiento dice "Paseillo" entrecomillado y en mayúscula, dando énfasis a ese nombre con el cual lo hemos conocido toda la vida y seguimos conociendolo sin añadir nombre alguno; por otro lado "colocar de nuevo los canapés", hoy se lo decimos a nuestros hijos y lo primero que piensan es en una cama con un habitáculo por bajo para guardar cosas, pero que se le diga a un banco ya nos resulta extraño hasta a muchos de cierta edad, pero efectivamente si buscamos la palabra en el diccionario aparte del bocadillo para aperitivo dice: Asiento largo y mullido, generalmente con brazos y respaldo para sentarse o tumbarse; esto es la riqueza de nuestro idioma, a partir de ahora cuando se sienten las personas a hacerse una foto al lado de nuestra escultura al viajero, diremos está sentado en un canapé.
Autor: Andrés Cintrano Fernández
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